Más allá de grandes hazañas individuales de futbolistas que ganan más dinero haciendo anuncios publicitarios que jugado en el campo; de equipos de leyenda que acumulan título tras título, trofeo tras trofeo; de árbitros que cometen errores que permiten a los programas deportivos llenar minutos de la misma repetición y a periódicos vender ejemplares como rosquillas, el fútbol depara muchas más emociones e historias de las que vemos de forma superficial.
De estas pequeñas y desconocidas historias se nutre Informe Robinson, programa de Canal + dirigido por el ex-futbolista inglés Michael Robinson y que se ha erigido es un claro ejemplo de compromiso informativo de calidad y de televisión seria. Difícilmente encontramos programas destinados al deporte que ofrezcan una visión del mismo tan amplia e intimista a la vez. Y cuando hablamos de deporte lo decimos porque, al contrario de lo que muchos puedan pensar, no es un espacio dedicado exclusivamente al fútbol ya que encontramos reportajes de temáticas variadas dedicados al ciclismo, al alpinismo, al motor e incluso a la pelota vasca o el béisbol entre otros.
El último y conmovedor reportaje que he podido ver de este programa me ha resultado tan revelador que no he podido evitar dedicar un pequeño artículo a darlo a conocer, porque lo cierto y verdad es que te deja sentado y te absorbe de principio a fin atrapándote en una embriagadora nube de tristeza y desencanto. El documental en cuestión, dedicado a la vida del futbolista alemán Robert Enke, se nos presenta en la página web del programa con el siguiente texto:
Robert Enke nació el 24 de agosto de 1977 en Jena, una ciudad del centro-este de Alemania, situada en el estado de Turingia y perteneciente a la República Democrática Alemana en el momento de su nacimiento. Pronto, su afición por el fútbol y su buena labor como portero comenzó a dar sus frutos, tanto es así que llegó a ser el guardameta de la selección alemana (con el país ya unificado) en campeonatos internacionales de categorías juveniles.
Debutó en divisiones profesionales muy joven, cuando aún no contaba con 18 años de edad le llegó la oportunidad con el equipo de su ciudad, el FC Carl Zeiss Jena, donde se había formado como portero y que se encontraba el la división de plata de Alemania. Curiosidades de la vida, debutaría contra el Hannover 96, último equipo del formaría parte. Era la temporada 1995/96 y, aunque apenas jugó 3 partidos, en el verano siguiente un clásico del fútbol alemán, el Borussia Mönchengladbach se fijó en él y lo contrató para la siguiente temporada. El Gladbach jugababa en la Bundesliga 1 (primera división alemana) y aunque había sido un grande del fútbol alemán y europeo, sobre todo en la década de los 70, sin duda etapa dorada del club, comenzaba a flaquear en los últimos años de los 90, tanto es así que llegaría a descender en la temporada 1998/99.
Tras el descenso, como suele ocurrir frecuentemente, los jugadores más destacados buscaron una salida para seguir jugando al máximo nivel competitivo. Es así como Enke dio a parar con sus huesos a Lisboa, fue fichado por todo un histórico del fútbol continental el SL Benfica, donde sus buenas actuaciones no pasaron desapercibidas para su segundo entrenador, llamado José Mourinho y con el que coincidiría sólo unos meses, justo antes de la marcha de éste al FC Oporto, donde ya ejercería como primer entrenador. Mourinho intentó la contratación de Enke pero ésta no fue posible, lo que propició que sus informes le llegaran a un viejo conocido que tomaría las riendas de FC Barcelona por segunda vez, Louis van Gaal.
De este modo Robert aterrizó en la capital catalana, donde su carrera sufriría un duro revés cuando se vio relegado al banquillo en favor de un joven Víctor Valdés, portero pujante, joven y con muy buenas cualidades, moldeado en la cantera azulgrana y que accedía a la titularidad de forma incontestable. Esto supuso un importante golpe moral para Enke, que tuvo que vivir en sus carnes la eliminación en la primera ronda de la Copa del Rey ante el Novelda, un equipo de la 2ª División B y, lo que es aún peor, sufrir las críticas de sus propios compañeros.
Probó fortuna en la liga turca, en el Fenerbahçe, donde no cuajó, así que volvió a España en 2004 a un equipo de la segunda división, el CD Tenerife, donde se reconcilió con su mejor versión a pesar de los escasos 9 partidos que disfrutó. Fue en este mismo 2004 cuando recibió la oferta definitiva que no podía dejar escapar de su Alemania natal, el Hannover 96 le ofrecía dejar atrás su infortunio para volver a ser un portero de primer nivel en la categoría que merecía.
Fueron sin duda los mejores años deportivos para Robert Enke que se hizo con la titularidad a base de unas actuaciones tan destacadas que le llevaron a debutar con la selección nacional un 28 de marzo de 2007 contra Dinamarca. Estaba asentado en su equipo del que llegó a ser elegido capitán, se postulaba como el portero titular para el mundial de 2010 en Sudáfrica y todo parecía sonreirle al bueno de Robert cuando un 10 de noviembre de 2009, saltó la noticia, Robert Enke se había suicidado tras arrojarse a las vías de un tren en movimiento que lo atropelló y lo dejó sin vida. Fue en Neustadt am Rübenberge, una localidad cercana a Hannover.
¿Cómo fue posible esto? Aparentemente, de la experiencia profesional y vital que hemos descrito en este artículo pocas ideas se pueden extraer de qué fue lo que llevó a Enke a tomar la drástica decisión que tomó. Es precisamente en este detalle donde ahonda el documental que quiero recomendar a todos y que he introducido en los comienzos de esta entrada. Lo que muchos veían como el devenir normal de un deportista de élite, con sus buenas y malas etapas escondía tras de sí la peor lucha interna que puede existir, la que se realiza contra uno mismo.
La realidad personal de Robert Enke, recogida por el prestigioso periodista y amigo Ronald Reng en el libro biográfico Una vida demasiado corta (Contra), estaba salpicada por innumerables altibajos emocionales que le hacían caer en continuas depresiones. Tras su muerte a los 32 años y gracias, entre otros, al libro de Reng quien se valió de los diarios personales del propio Robert, pudimos conocer la historia real de este hombre que escondía en su cabeza la peor de las enfermedades, la que no existe y uno se crea, la que requiere lucha diaria contra uno mismo, la que no se cura con una pomada, la que te lleva irrefrenablemente a desear tu propia muerte. Quizás la frase que mejor resuma su estado de ánimo fue una que él mismo pronunció:
De estas pequeñas y desconocidas historias se nutre Informe Robinson, programa de Canal + dirigido por el ex-futbolista inglés Michael Robinson y que se ha erigido es un claro ejemplo de compromiso informativo de calidad y de televisión seria. Difícilmente encontramos programas destinados al deporte que ofrezcan una visión del mismo tan amplia e intimista a la vez. Y cuando hablamos de deporte lo decimos porque, al contrario de lo que muchos puedan pensar, no es un espacio dedicado exclusivamente al fútbol ya que encontramos reportajes de temáticas variadas dedicados al ciclismo, al alpinismo, al motor e incluso a la pelota vasca o el béisbol entre otros.
El último y conmovedor reportaje que he podido ver de este programa me ha resultado tan revelador que no he podido evitar dedicar un pequeño artículo a darlo a conocer, porque lo cierto y verdad es que te deja sentado y te absorbe de principio a fin atrapándote en una embriagadora nube de tristeza y desencanto. El documental en cuestión, dedicado a la vida del futbolista alemán Robert Enke, se nos presenta en la página web del programa con el siguiente texto:
Cuando pensamos en grandes deportistas visualizamos la fuerza, el éxito, la gloria. Esa es la imagen que también transmitía Robert Enke, el que fuera portero del Barcelona y de la selección alemana de fútbol. Hoy sabemos que detrás de aquella máscara se escondía una lucha incompatible. La de ser el mejor y que nadie se diera cuenta de que era víctima de una enfermedad tan destructiva como la depresión.
Robert Enke en su etapa como portero en el Hannover 96 | dpa |
Robert Enke nació el 24 de agosto de 1977 en Jena, una ciudad del centro-este de Alemania, situada en el estado de Turingia y perteneciente a la República Democrática Alemana en el momento de su nacimiento. Pronto, su afición por el fútbol y su buena labor como portero comenzó a dar sus frutos, tanto es así que llegó a ser el guardameta de la selección alemana (con el país ya unificado) en campeonatos internacionales de categorías juveniles.
Debutó en divisiones profesionales muy joven, cuando aún no contaba con 18 años de edad le llegó la oportunidad con el equipo de su ciudad, el FC Carl Zeiss Jena, donde se había formado como portero y que se encontraba el la división de plata de Alemania. Curiosidades de la vida, debutaría contra el Hannover 96, último equipo del formaría parte. Era la temporada 1995/96 y, aunque apenas jugó 3 partidos, en el verano siguiente un clásico del fútbol alemán, el Borussia Mönchengladbach se fijó en él y lo contrató para la siguiente temporada. El Gladbach jugababa en la Bundesliga 1 (primera división alemana) y aunque había sido un grande del fútbol alemán y europeo, sobre todo en la década de los 70, sin duda etapa dorada del club, comenzaba a flaquear en los últimos años de los 90, tanto es así que llegaría a descender en la temporada 1998/99.
Tras el descenso, como suele ocurrir frecuentemente, los jugadores más destacados buscaron una salida para seguir jugando al máximo nivel competitivo. Es así como Enke dio a parar con sus huesos a Lisboa, fue fichado por todo un histórico del fútbol continental el SL Benfica, donde sus buenas actuaciones no pasaron desapercibidas para su segundo entrenador, llamado José Mourinho y con el que coincidiría sólo unos meses, justo antes de la marcha de éste al FC Oporto, donde ya ejercería como primer entrenador. Mourinho intentó la contratación de Enke pero ésta no fue posible, lo que propició que sus informes le llegaran a un viejo conocido que tomaría las riendas de FC Barcelona por segunda vez, Louis van Gaal.
De este modo Robert aterrizó en la capital catalana, donde su carrera sufriría un duro revés cuando se vio relegado al banquillo en favor de un joven Víctor Valdés, portero pujante, joven y con muy buenas cualidades, moldeado en la cantera azulgrana y que accedía a la titularidad de forma incontestable. Esto supuso un importante golpe moral para Enke, que tuvo que vivir en sus carnes la eliminación en la primera ronda de la Copa del Rey ante el Novelda, un equipo de la 2ª División B y, lo que es aún peor, sufrir las críticas de sus propios compañeros.
Probó fortuna en la liga turca, en el Fenerbahçe, donde no cuajó, así que volvió a España en 2004 a un equipo de la segunda división, el CD Tenerife, donde se reconcilió con su mejor versión a pesar de los escasos 9 partidos que disfrutó. Fue en este mismo 2004 cuando recibió la oferta definitiva que no podía dejar escapar de su Alemania natal, el Hannover 96 le ofrecía dejar atrás su infortunio para volver a ser un portero de primer nivel en la categoría que merecía.
Portada del libro Una vida demasiado corta de Ronald Reng |
Fueron sin duda los mejores años deportivos para Robert Enke que se hizo con la titularidad a base de unas actuaciones tan destacadas que le llevaron a debutar con la selección nacional un 28 de marzo de 2007 contra Dinamarca. Estaba asentado en su equipo del que llegó a ser elegido capitán, se postulaba como el portero titular para el mundial de 2010 en Sudáfrica y todo parecía sonreirle al bueno de Robert cuando un 10 de noviembre de 2009, saltó la noticia, Robert Enke se había suicidado tras arrojarse a las vías de un tren en movimiento que lo atropelló y lo dejó sin vida. Fue en Neustadt am Rübenberge, una localidad cercana a Hannover.
¿Cómo fue posible esto? Aparentemente, de la experiencia profesional y vital que hemos descrito en este artículo pocas ideas se pueden extraer de qué fue lo que llevó a Enke a tomar la drástica decisión que tomó. Es precisamente en este detalle donde ahonda el documental que quiero recomendar a todos y que he introducido en los comienzos de esta entrada. Lo que muchos veían como el devenir normal de un deportista de élite, con sus buenas y malas etapas escondía tras de sí la peor lucha interna que puede existir, la que se realiza contra uno mismo.
La realidad personal de Robert Enke, recogida por el prestigioso periodista y amigo Ronald Reng en el libro biográfico Una vida demasiado corta (Contra), estaba salpicada por innumerables altibajos emocionales que le hacían caer en continuas depresiones. Tras su muerte a los 32 años y gracias, entre otros, al libro de Reng quien se valió de los diarios personales del propio Robert, pudimos conocer la historia real de este hombre que escondía en su cabeza la peor de las enfermedades, la que no existe y uno se crea, la que requiere lucha diaria contra uno mismo, la que no se cura con una pomada, la que te lleva irrefrenablemente a desear tu propia muerte. Quizás la frase que mejor resuma su estado de ánimo fue una que él mismo pronunció:
Si pudieras entrar en mi cabeza tan sólo media hora entenderías porqué me estoy volviendo loco.
De apenas 35 minutos de duración, "Si pudieras entrar en mi cabeza". La historia de Robert Enke, es un homenaje a la vida del portero alemán que recomiendo para todos los públicos, aficionados al balompié o no, porque no es un mero relato futbolístico al uso, es mucho más.
Fuentes:
http://canalplus.es/informe-robinson/portada/
http://es.wikipedia.org/wiki/Robert_Enke
http://www.abc.es/deportes/20130301/abci-libros-deporte-enke-201303011230.html
http://deportes.elpais.com/deportes/2012/12/29/actualidad/1356803389_791483.html
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