Tras muchos años de pesimismo por el panorama del Rock Progresivo en España, llevamos ya varios años en los que el deprimente paisaje desértico de los 80, 90 y gran parte de la primera década del segundo milenio parece haber dejado paso a años manifiestamente mejores, en los que las bandas de este género han proliferado, no para llegar al gran público o saltar a la primera plana informativa, pero sí para hacer trabajos de calidad indudable, en algunos casos con repercusión internacional que ha permitido a algunos de nuestros grupos salir más allá de nuestras fronteras a dar conciertos y participar en festivales, preferentemente, por el viejo continente.
A diferencia del Rock Progresivo Italiano (RPI), al que ya hemos dedicado un laborioso artículo en esta bitácora titulado Rock progresivo italiano, el romanticismo sonoro, el Rock Progresivo español no debe de entenderse como un subgénero en sí. Ya dejamos claro que el RPI es el nombre que recibe el estilo musical, lo cual no quiere decir que todos los grupos italianos que hacen rock con tintes sinfónicos o progresivos puedan incluirse dentro del movimiento RPI, claros ejemplos son Profusion o Daal que podríamos englobar en el Progresivo Ecléctico; Kingrow, cuya música se mueve más por el Metal Progresivo; o Barock Project, grupo de Neo-Prog.
En España, este género no ha tenido el éxito y la difusión que ha podido tener en otros países, pero lo cierto es que a mediados de los 70, momento en el que ya comenzaba el declive mundial del progresivo, fue cuando comenzaron a germinar algunos grupos que consiguieron ganarse una buena reputación entre los aficionados del rock, aunque de escaso éxito, o al menos no el que merecieron. En esta lista podemos encontrar nombres como los de Iceberg, Fusioon, Crack, Ibio, Bloque, Mezquita, Guadalquivir, Los Canarios, etc. Mención aparte habría que hacer de Triana, quizás el que más éxito tuvo y cuyas influencias más han perdurado con el tiempo.
Tras años de dictadura, cuando el país comenzaba a abrirse y a experimentar nuevos horizontes en todos los ámbitos de la vida y más concretamente en el arte y la cultura, irrumpe una nueva forma de entender la música rock mucho más elaborada, técnica y profunda. Pero la ilusión duró poco, de hecho, aquel arco iris musical con influencias del jazz, del rock anglosajón, del flamenco o del folk más pareció un espejismo que se desvaneció al poco tiempo.
Para explicar los porqués de esta rápida desaparición es posible que nos ayude el siguiente texto, en el que transcribo literalmente las palabras que Gonzalo García-Pelayo, celebérrimo productor musical de la década de los 70, dedica en el documental de 1995 Triana una historia, a las nuevos estilos musicales que estaban empujando al ostracismo al rock progresivo:
Hace más de 10 años, cuando comencé a oír este tipo de música me sorprendió sobremanera la escasez de bandas o artistas españoles actuales que se adentraran abiertamente en los sonidos de progresivo. A pesar de todo siempre ha habido excepciones, es así como conocí a Omni, genial grupo con marcadas influencias de bandas setenteras de rock andaluz muy de mi gusto como son Imán Califato Independiente o Cai, que durante la primera década de los 2000 publicó varios trabajos. Es precisamente de esta época, concretamente de 2005 el disco El profeta, trabajo íntegramente instrumental de un grupo castellano-leonés poco conocido: Bijou, que me llamó poderosamente la atención y que no puedo dejar de recomendar. Otros grupos, ahora punteros y máximos exponentes del rock progresivo patrio también comenzaban tímidamente a darse poco a poco a conocer en aquellas fechas, como son los casos de Kotebel, October Equus o Senogul.
A pesar de ese lento pero seguro proliferar de grupos, quizás no haya sido hasta hace un par de años, es posible que tres, cuando verdaderamente se ha visto un claro aumento de bandas elaborando y publicando trabajos de claro corte progresivo. Hemos de dejar claro que muchas de estas bandas son en realidad agrupaciones veteranas que han aprovechado los mecanismos de comunicación actuales, entiéndase internet, para darse a conocer y hacer visibles su propuestas musicales.
Es justo en este punto donde entra el debate: ¿Beneficia internet a la música o es el motivo de su decadencia? Esta misma pregunta se la formulamos a Randy López, bajista de Mezquita, en el festival Lago de Bornos de 2009. López fue muy claro: el problema de la música no es internet, básicamente nos vino a decir que 30 años atrás, cuando Mezquita publicó su primer disco, Jethro Tull y Pink Floyd encabezaban las listas musicales en España, ahora por el contrario ¿quiénes las encabezan? Lo cierto y verdad es que si no es por internet yo, y muchos como yo, jamás hubiésemos escuchado el 99% de los discos que hemos oído o que oiremos en nuestra vida.
Internet está ahí, es un medio de comunicación con sus pros y sus contras como cualquier otro, pero con un potencial social infinitamente mayor que cualquier otro. Es esa potencia social la que ha valido a aquellos sin recursos que hacen la música que les llena y que no tienen una díscográfica detrás que les pague promociones millonarias, a difundir su trabajo (en gran parte de los casos autoproducido) para que pueda ser oído, descargado o comprado directamente al creador.
Como alternativa al clásico myspace, han aparecido otros medios de oir y promocionar la música como por ejemplo el archiconocido Spotify, progstreaming (muy popular entre los amantes del rock progresivo) o SoundCloud. Pero quizás, de todos los portales de música, el que más éxito está teniendo últimamente probablemente sea bandcamp, una web que hace las veces de plataforma de promoción para artistas independientes y de tienda on-line. Dependiendo del álbum y el artista permite descargas gratuitas y de forma legal, comprar versiones físicas o digitales de discos y cualquier tipo de merchandising ligado a un grupo o artista. Ofrece una interfaz simple pero efectiva que, además permite embeber el código de reproducción de los discos en tu propia web.
Y es que con las nuevas tecnologías ha quedado obsoleta la siempre efectiva fórmula de las radios musicales más comerciales, que pierden oyentes paulatinamente y que en la primera oleada del EGM (Estudio General de Medios) de este 2013 se han dado un buen batacazo. Ejemplos de esta sangría de audiencia son 40 Principales que ha pasado de los 3.844.000 oyentes de la última oleada de 2013 a los 3.631.000 oyentes en 2012; Cadena Dial que ha bajado desde los 2.444.000 a los 2.295.000 y Kiss FM que ha descendido desde los 1.077.000 a los 897.000. En el otro extremo de las estadísticas están las cadenas que sí ha conseguido aumentar sus oyentes, es el caso de Cadena 100 que ha alcanzado los 1.815.000 oyentes frente a los 1.702.000 de la 3ª oleada de 2012; M80 Radio que pasa de los 559.000 a los 654.000; o Rock FM que ha subido de los 456.000 a los 613.000. Lo mejor de todo es que, pese a los datos negativos, los grandes gigantes musicales de las ondas no parecen hacer demasiado al respecto, parecen no darse cuenta que ya no es necesario encender la radio para oír las nuevas tendencias musicales y los últimos lanzamientos.
En lo siguiente, en un nuevo serial de artículos, usaremos este blog como vehículo para dar a conocer a la nueva hornada de grupos españoles como Albatros, Pyramidal, Toundra, Jardín de la Croix, El Círculo de Willis, etc. que están haciendo rock de calidad y que son prácticamente desconocidos para el gran público. Tras este pequeño análisis la pregunta es ¿estamos ante el renacer del Rock Progresivo español?
A diferencia del Rock Progresivo Italiano (RPI), al que ya hemos dedicado un laborioso artículo en esta bitácora titulado Rock progresivo italiano, el romanticismo sonoro, el Rock Progresivo español no debe de entenderse como un subgénero en sí. Ya dejamos claro que el RPI es el nombre que recibe el estilo musical, lo cual no quiere decir que todos los grupos italianos que hacen rock con tintes sinfónicos o progresivos puedan incluirse dentro del movimiento RPI, claros ejemplos son Profusion o Daal que podríamos englobar en el Progresivo Ecléctico; Kingrow, cuya música se mueve más por el Metal Progresivo; o Barock Project, grupo de Neo-Prog.
En España, este género no ha tenido el éxito y la difusión que ha podido tener en otros países, pero lo cierto es que a mediados de los 70, momento en el que ya comenzaba el declive mundial del progresivo, fue cuando comenzaron a germinar algunos grupos que consiguieron ganarse una buena reputación entre los aficionados del rock, aunque de escaso éxito, o al menos no el que merecieron. En esta lista podemos encontrar nombres como los de Iceberg, Fusioon, Crack, Ibio, Bloque, Mezquita, Guadalquivir, Los Canarios, etc. Mención aparte habría que hacer de Triana, quizás el que más éxito tuvo y cuyas influencias más han perdurado con el tiempo.
Tras años de dictadura, cuando el país comenzaba a abrirse y a experimentar nuevos horizontes en todos los ámbitos de la vida y más concretamente en el arte y la cultura, irrumpe una nueva forma de entender la música rock mucho más elaborada, técnica y profunda. Pero la ilusión duró poco, de hecho, aquel arco iris musical con influencias del jazz, del rock anglosajón, del flamenco o del folk más pareció un espejismo que se desvaneció al poco tiempo.
Para explicar los porqués de esta rápida desaparición es posible que nos ayude el siguiente texto, en el que transcribo literalmente las palabras que Gonzalo García-Pelayo, celebérrimo productor musical de la década de los 70, dedica en el documental de 1995 Triana una historia, a las nuevos estilos musicales que estaban empujando al ostracismo al rock progresivo:
El público tiene derecho a hacer lo que le dé la gana. Yo creo que la música esta de la nueva ola que yo llamo normalmente como música idiota tuvo un éxito inmediato debido también a las idioteces que, en aquellos momentos, los medios de comunicación decidieron apoyar. Es decir, más que el público, fue la idiotez de los medios de comunicación y de muchísimos críticos lo que hizo que inmediatamente hubiera un arrase completo de todo lo que se había conseguido en el rock español para que triunfaran las canciones que nada más sabían que hablar de hipermercados y de peluquerías modernas.El daño que los años de la Movida hicieron al rock sinfónico y progresivo es indudable, al igual que tampoco hay duda que tras una serie de intentonas aventureras de algunos temerarios, volvemos a disfrutar de un estado de forma del género del que podemos felicitarnos los aficionados que oímos con añoranza y cierta envidia la música que se hacía en España años antes de que naciéramos.
Hace más de 10 años, cuando comencé a oír este tipo de música me sorprendió sobremanera la escasez de bandas o artistas españoles actuales que se adentraran abiertamente en los sonidos de progresivo. A pesar de todo siempre ha habido excepciones, es así como conocí a Omni, genial grupo con marcadas influencias de bandas setenteras de rock andaluz muy de mi gusto como son Imán Califato Independiente o Cai, que durante la primera década de los 2000 publicó varios trabajos. Es precisamente de esta época, concretamente de 2005 el disco El profeta, trabajo íntegramente instrumental de un grupo castellano-leonés poco conocido: Bijou, que me llamó poderosamente la atención y que no puedo dejar de recomendar. Otros grupos, ahora punteros y máximos exponentes del rock progresivo patrio también comenzaban tímidamente a darse poco a poco a conocer en aquellas fechas, como son los casos de Kotebel, October Equus o Senogul.
A pesar de ese lento pero seguro proliferar de grupos, quizás no haya sido hasta hace un par de años, es posible que tres, cuando verdaderamente se ha visto un claro aumento de bandas elaborando y publicando trabajos de claro corte progresivo. Hemos de dejar claro que muchas de estas bandas son en realidad agrupaciones veteranas que han aprovechado los mecanismos de comunicación actuales, entiéndase internet, para darse a conocer y hacer visibles su propuestas musicales.
Es justo en este punto donde entra el debate: ¿Beneficia internet a la música o es el motivo de su decadencia? Esta misma pregunta se la formulamos a Randy López, bajista de Mezquita, en el festival Lago de Bornos de 2009. López fue muy claro: el problema de la música no es internet, básicamente nos vino a decir que 30 años atrás, cuando Mezquita publicó su primer disco, Jethro Tull y Pink Floyd encabezaban las listas musicales en España, ahora por el contrario ¿quiénes las encabezan? Lo cierto y verdad es que si no es por internet yo, y muchos como yo, jamás hubiésemos escuchado el 99% de los discos que hemos oído o que oiremos en nuestra vida.
Internet está ahí, es un medio de comunicación con sus pros y sus contras como cualquier otro, pero con un potencial social infinitamente mayor que cualquier otro. Es esa potencia social la que ha valido a aquellos sin recursos que hacen la música que les llena y que no tienen una díscográfica detrás que les pague promociones millonarias, a difundir su trabajo (en gran parte de los casos autoproducido) para que pueda ser oído, descargado o comprado directamente al creador.
Como alternativa al clásico myspace, han aparecido otros medios de oir y promocionar la música como por ejemplo el archiconocido Spotify, progstreaming (muy popular entre los amantes del rock progresivo) o SoundCloud. Pero quizás, de todos los portales de música, el que más éxito está teniendo últimamente probablemente sea bandcamp, una web que hace las veces de plataforma de promoción para artistas independientes y de tienda on-line. Dependiendo del álbum y el artista permite descargas gratuitas y de forma legal, comprar versiones físicas o digitales de discos y cualquier tipo de merchandising ligado a un grupo o artista. Ofrece una interfaz simple pero efectiva que, además permite embeber el código de reproducción de los discos en tu propia web.
Y es que con las nuevas tecnologías ha quedado obsoleta la siempre efectiva fórmula de las radios musicales más comerciales, que pierden oyentes paulatinamente y que en la primera oleada del EGM (Estudio General de Medios) de este 2013 se han dado un buen batacazo. Ejemplos de esta sangría de audiencia son 40 Principales que ha pasado de los 3.844.000 oyentes de la última oleada de 2013 a los 3.631.000 oyentes en 2012; Cadena Dial que ha bajado desde los 2.444.000 a los 2.295.000 y Kiss FM que ha descendido desde los 1.077.000 a los 897.000. En el otro extremo de las estadísticas están las cadenas que sí ha conseguido aumentar sus oyentes, es el caso de Cadena 100 que ha alcanzado los 1.815.000 oyentes frente a los 1.702.000 de la 3ª oleada de 2012; M80 Radio que pasa de los 559.000 a los 654.000; o Rock FM que ha subido de los 456.000 a los 613.000. Lo mejor de todo es que, pese a los datos negativos, los grandes gigantes musicales de las ondas no parecen hacer demasiado al respecto, parecen no darse cuenta que ya no es necesario encender la radio para oír las nuevas tendencias musicales y los últimos lanzamientos.
En lo siguiente, en un nuevo serial de artículos, usaremos este blog como vehículo para dar a conocer a la nueva hornada de grupos españoles como Albatros, Pyramidal, Toundra, Jardín de la Croix, El Círculo de Willis, etc. que están haciendo rock de calidad y que son prácticamente desconocidos para el gran público. Tras este pequeño análisis la pregunta es ¿estamos ante el renacer del Rock Progresivo español?
Mosaico de portadas de discos de grupos españoles contemporáneos |
Fuentes:
http://elrincondejasmusatl.blogspot.com.es/2013/04/1-oleada-del-egm-2013-radios.html
http://www.plasticosydecibelios.com/hundimiento-cadenas-musicales-espana/
http://es.wikipedia.org/wiki/Bandcamp
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