Imaginemos por un momento que permanecemos encarcelados en Estados Unidos, en el corredor de la muerte, con las consiguientes medidas de incomunicación y el ínfimo contacto con el exterior. Supongamos ahora que este aislamiento se produce a la edad de 18 años y dura casi 20 más. En el supuesto de que saliésemos en libertad ¿podríamos asimilar fácilmente mi libertad después de dos décadas de reclusión y de escaso trato humano? Probablemente esta sea la primera de una larga lista de preguntas que se puede hacer alguien al ponerse en la piel de Daniel Holden, interpretado por Aden Young en la serie Rectify, que queremos recomendar y a la que dedicaremos este artículo.
Rectify ha tenido el honor de ser la primera serie del canal norteamericano Sundance Channel, no muy longevo dicho sea de paso, pues sus primeras emisiones datan de 1996. Doce años después pasaría a ser adquirido por AMC Networks, compañía propietaria de varios canales de televisión por cable en Estados Unidos, por la nada despreciable cifra de 496 millones de dólares. El Sundance (como se conoce a la cadena coloquialmente) destaca en su apuesta por el cine independiente, los documentales o la emisión de cortometrajes.
La apuesta de Sundance por Rectify y, a fin de cuentas, por hacer una serie de calidad fue muy seria y decidida desde un primer momento y para ello se ayudaron del buen hacer en la producción de dos nombres que probablemente no nos digan mucho a priori: Mark Johnson y Melissa Bernstein; pero de los que si comentamos que tienen en su currículum haber sido los productores de Breaking Bad, probablemente la serie del año en 2013 y sin duda una de las de más éxito en la última década, la carta de presentación de ambos se hace muy interesante.
A la batuta del proyecto aparece un novel de la dirección que se estrena con éxito: Ray McKinnon, ideólogo y creador de la serie que sí tenía experiencia como actor en el pasado. Cuando comencé a informarme sobre él y buscar alguna foto para poner cara al nombre, descubrí que había participado en una serie que vi hace algunos años Deadwood, una de esas joyas que caen en el olvido y se diluyen inconclusas en la nada. En ella, el ahora director McKinnon interpretaba a un sacerdote afincado en el conflictivo pueblo de Deadwood.
La serie comenzaría a emitirse con el episodio piloto el 22 de abril del pasado 2013 en Estados Unidos, aparentemente con un éxito aceptable porque apenas unos días después, el 1 de mayo, justo después de que pudiera verse la segunda entrega, Sundance Channel anunciaría la retransmisión de una segunda temporada de 10 episodios como continuación de los escasos 6 que componen la primera temporada. En España, donde la cadena tiene una filial que está disponible a través de Imagenio, comenzaron a emitirse el jueves 2 de mayo.
Rectify es una serie donde la pausa destaca sobre prisa. Si lo que estás buscando son cambios bruscos en el argumento, acción o una sucesión incesante de acontecimientos que atrapen tu atención para evitar tu aburrimiento, no creo que sea una buena elección. Y no es una buena elección porque su esencia está en todo lo contrario, en un devenir lento del día a día en el que los silencios, los paisajes o las miradas perdidas dicen y transmiten mucho más que algunos diálogos.
El protagonista, Daniel Holden, tras pasar 19 años en el corredor de la muerte acusado de la violación y muerte de Hannah, una chica de 16 años, sale en libertad al quedar anulado el juicio que lo condenó al probarse que los restos de ADN encontrados en el cadáver no le pertenecían, a pesar de que él se declarara culpable. A partir de aquí Holden abandona la prisión en la que entró a la edad de 18 años para volver a su pueblo de toda la vida Paulie (Georgia) en el que no sólo se reencuentra con su familia, sino con una comunidad dividida en la que tendrá que convivir con los familiares de la víctima, natural de su misma localidad.
Uno de los grandes fuertes de Rectify lo encontramos en que permite causar una sensación de empatía continua no sólo con su protagonista, Daniel Holden, sino con todo el contexto que lo rodea. No puedes evitar ponerte en la piel de su madre o hermana por un lado; de los familiares de Hannah por otro; incluso de las autoridades o de la gente del pueblo que se debate entre la culpabilidad o inocencia de un Holden, que ya ha sufrido un juicio paralelo que lo ha señalado y condenado como asesino por muchas pruebas químicas que lo nieguen. Por tanto y como pueden imaginarse, la adaptación de ex-convicto a la vida rutinaria no será en ningún caso sencilla.
Desde el mismo día que sale de la cárcel, Holden se encuentra con la antipatía de cierta parte del sector político, en concreto se encuentra con la firme oposición del senador Roland Foulkes (Michael O'Neill) quien, aunque acata la decisión judicial, se muestra enérgicamente contrario pues en ningún caso la considera acertada. Hemos de aclarar que su liberación no se lleva a cabo por su inocencia, que no queda demostrada, tan solo porque la prueba de ADN realizada invalida el juicio que lo condenó. No es esto algo que ayude a normalizar el ambiente sino todo lo contrario.
Para intentar normalizar la vida de Daniel ya se encuentra su familia, de la que destaca su hermana Amantha (Abigail Spencer), la verdadera artífice de su puesta en libertad. Pero lo cierto es que su familia ha cambiado ostensiblemente durante su período de reclusión. Su madre, Janet (J. Smith-Cameron) que había enviudado, se casó en segundas nupcias con Ted Talbot (Bruce McKinnon) quien ya tenía un hijo de un matrimonio anterior Ted Talbot Jr (Clayne Crawford), ambos se hacen cargo de la tienda de neumáticos y repuestos de automóviles que era propiedad el padre de Daniel. A este elenco de personajes deberíamos de añadir otros dos de cierta relevancia como son Tawney Talbot (Adelaide Clemens) la profundamente religiosa esposa de Ted Talbot Jr y Jared Talbot (Jake Austin Walker), hermanastro de Daniel, nacido del matrimonio entre Ted y su madre.
Todo un galimatías familiar que da mucho juego. Aunque la mayoría de la familia se muestra partidario de la inocencia e integración de Daniel, Ted Jr deja claro desde un primer momento que él no va a ser parte activa de normalización. Especialmente dura es una conversación entre Daniel y Ted donde el primero habla de las prácticas sexuales en el corredor de la muerte con la frialdad y el dolor propias de alguien que no echa de menos el pasado.
Aunque en Rectify se nos narra el presente, la vida de Holden fuera de la prisión, son numerosas las secuencias, a modo de recuerdo, en las que se puede ver su forma de vida en la cárcel. En estas escenas se pone de manifiesto la cercanía y la unidad que experimentó con un compañero de celda con el que se labró una gran amistad a pesar de la separación que suponían sus celdas.
Sin querer entrar en más detalles más allá de los pequeños matices que hemos comentado para evitar exponer lo justo para que se hagan una pequeña idea introductoria, es conveniente notar que hay una duda que sobrevuela el ambiente y que, para nada queda clara en esta primera temporada de la serie, es más, apenas se ahonda en ella: ¿Es realmente inocente Daniel Holden? A pesar de que esta será sin lugar a dudas la cuestión a resolver en la serie, pocos son los detalles que, al espectador, pueden hacerle decantarse a favor o en contra del personaje, lo cual hará muy interesante, como mínimo, la segunda temporada (si no hay más).
Los aficionados a las series no pueden dejar pasar esta posibilidad de dejarse atrapar por Rectify, que pone el dedo en la llaga en lo más profundo del sistema norteamericano y de su sociedad, poniendo de manifiesto sus carencias y virtudes al servicio del espectador más crítico. Para los más indecisos o reacios, quizás un trailer promocional de la pueda servir de ayuda.
Rectify ha tenido el honor de ser la primera serie del canal norteamericano Sundance Channel, no muy longevo dicho sea de paso, pues sus primeras emisiones datan de 1996. Doce años después pasaría a ser adquirido por AMC Networks, compañía propietaria de varios canales de televisión por cable en Estados Unidos, por la nada despreciable cifra de 496 millones de dólares. El Sundance (como se conoce a la cadena coloquialmente) destaca en su apuesta por el cine independiente, los documentales o la emisión de cortometrajes.
Daniel Holden el día de su salida de prisión,una de las primeras escenas de Rectify |
La apuesta de Sundance por Rectify y, a fin de cuentas, por hacer una serie de calidad fue muy seria y decidida desde un primer momento y para ello se ayudaron del buen hacer en la producción de dos nombres que probablemente no nos digan mucho a priori: Mark Johnson y Melissa Bernstein; pero de los que si comentamos que tienen en su currículum haber sido los productores de Breaking Bad, probablemente la serie del año en 2013 y sin duda una de las de más éxito en la última década, la carta de presentación de ambos se hace muy interesante.
A la batuta del proyecto aparece un novel de la dirección que se estrena con éxito: Ray McKinnon, ideólogo y creador de la serie que sí tenía experiencia como actor en el pasado. Cuando comencé a informarme sobre él y buscar alguna foto para poner cara al nombre, descubrí que había participado en una serie que vi hace algunos años Deadwood, una de esas joyas que caen en el olvido y se diluyen inconclusas en la nada. En ella, el ahora director McKinnon interpretaba a un sacerdote afincado en el conflictivo pueblo de Deadwood.
La serie comenzaría a emitirse con el episodio piloto el 22 de abril del pasado 2013 en Estados Unidos, aparentemente con un éxito aceptable porque apenas unos días después, el 1 de mayo, justo después de que pudiera verse la segunda entrega, Sundance Channel anunciaría la retransmisión de una segunda temporada de 10 episodios como continuación de los escasos 6 que componen la primera temporada. En España, donde la cadena tiene una filial que está disponible a través de Imagenio, comenzaron a emitirse el jueves 2 de mayo.
Daniel Holden disfrutando de la libertad |
Rectify es una serie donde la pausa destaca sobre prisa. Si lo que estás buscando son cambios bruscos en el argumento, acción o una sucesión incesante de acontecimientos que atrapen tu atención para evitar tu aburrimiento, no creo que sea una buena elección. Y no es una buena elección porque su esencia está en todo lo contrario, en un devenir lento del día a día en el que los silencios, los paisajes o las miradas perdidas dicen y transmiten mucho más que algunos diálogos.
El protagonista, Daniel Holden, tras pasar 19 años en el corredor de la muerte acusado de la violación y muerte de Hannah, una chica de 16 años, sale en libertad al quedar anulado el juicio que lo condenó al probarse que los restos de ADN encontrados en el cadáver no le pertenecían, a pesar de que él se declarara culpable. A partir de aquí Holden abandona la prisión en la que entró a la edad de 18 años para volver a su pueblo de toda la vida Paulie (Georgia) en el que no sólo se reencuentra con su familia, sino con una comunidad dividida en la que tendrá que convivir con los familiares de la víctima, natural de su misma localidad.
Uno de los grandes fuertes de Rectify lo encontramos en que permite causar una sensación de empatía continua no sólo con su protagonista, Daniel Holden, sino con todo el contexto que lo rodea. No puedes evitar ponerte en la piel de su madre o hermana por un lado; de los familiares de Hannah por otro; incluso de las autoridades o de la gente del pueblo que se debate entre la culpabilidad o inocencia de un Holden, que ya ha sufrido un juicio paralelo que lo ha señalado y condenado como asesino por muchas pruebas químicas que lo nieguen. Por tanto y como pueden imaginarse, la adaptación de ex-convicto a la vida rutinaria no será en ningún caso sencilla.
La vuelta a las vivencias carcelarias de Holden son continuas |
Desde el mismo día que sale de la cárcel, Holden se encuentra con la antipatía de cierta parte del sector político, en concreto se encuentra con la firme oposición del senador Roland Foulkes (Michael O'Neill) quien, aunque acata la decisión judicial, se muestra enérgicamente contrario pues en ningún caso la considera acertada. Hemos de aclarar que su liberación no se lleva a cabo por su inocencia, que no queda demostrada, tan solo porque la prueba de ADN realizada invalida el juicio que lo condenó. No es esto algo que ayude a normalizar el ambiente sino todo lo contrario.
Para intentar normalizar la vida de Daniel ya se encuentra su familia, de la que destaca su hermana Amantha (Abigail Spencer), la verdadera artífice de su puesta en libertad. Pero lo cierto es que su familia ha cambiado ostensiblemente durante su período de reclusión. Su madre, Janet (J. Smith-Cameron) que había enviudado, se casó en segundas nupcias con Ted Talbot (Bruce McKinnon) quien ya tenía un hijo de un matrimonio anterior Ted Talbot Jr (Clayne Crawford), ambos se hacen cargo de la tienda de neumáticos y repuestos de automóviles que era propiedad el padre de Daniel. A este elenco de personajes deberíamos de añadir otros dos de cierta relevancia como son Tawney Talbot (Adelaide Clemens) la profundamente religiosa esposa de Ted Talbot Jr y Jared Talbot (Jake Austin Walker), hermanastro de Daniel, nacido del matrimonio entre Ted y su madre.
Todo un galimatías familiar que da mucho juego. Aunque la mayoría de la familia se muestra partidario de la inocencia e integración de Daniel, Ted Jr deja claro desde un primer momento que él no va a ser parte activa de normalización. Especialmente dura es una conversación entre Daniel y Ted donde el primero habla de las prácticas sexuales en el corredor de la muerte con la frialdad y el dolor propias de alguien que no echa de menos el pasado.
Los silencios y momentos melancólicos, una constante en Rectify |
Aunque en Rectify se nos narra el presente, la vida de Holden fuera de la prisión, son numerosas las secuencias, a modo de recuerdo, en las que se puede ver su forma de vida en la cárcel. En estas escenas se pone de manifiesto la cercanía y la unidad que experimentó con un compañero de celda con el que se labró una gran amistad a pesar de la separación que suponían sus celdas.
Sin querer entrar en más detalles más allá de los pequeños matices que hemos comentado para evitar exponer lo justo para que se hagan una pequeña idea introductoria, es conveniente notar que hay una duda que sobrevuela el ambiente y que, para nada queda clara en esta primera temporada de la serie, es más, apenas se ahonda en ella: ¿Es realmente inocente Daniel Holden? A pesar de que esta será sin lugar a dudas la cuestión a resolver en la serie, pocos son los detalles que, al espectador, pueden hacerle decantarse a favor o en contra del personaje, lo cual hará muy interesante, como mínimo, la segunda temporada (si no hay más).
Los aficionados a las series no pueden dejar pasar esta posibilidad de dejarse atrapar por Rectify, que pone el dedo en la llaga en lo más profundo del sistema norteamericano y de su sociedad, poniendo de manifiesto sus carencias y virtudes al servicio del espectador más crítico. Para los más indecisos o reacios, quizás un trailer promocional de la pueda servir de ayuda.
Fuentes:
http://www.filmaffinity.com/es/film579976.htmlhttp://en.wikipedia.org/wiki/Rectify
http://www.vayatele.com/ficcion-internacional/rectify-volvera-con-una-segunda-temporada
http://www.jotdown.es/2013/07/rectify-la-opera-prima-conjunta-de-ray-mckinnon-y-sundance-channel/
Muchas gracias por tu comentario y por ponerme al día, no sabía que ya estaba en marcha la segunda temporada. Esperemos que no decepcione.
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