Apenas quedan días para que se celebre el que, sin ningún género de duda, será uno de los conciertos de rock progresivo más esperados del año en España y que estará cargo de uno de los músicos de más éxito y más influyentes de este género de la última década: Steven Wilson. La cita, a la que si Dios quiere asistiré que para eso reservé mis entradas allá por junio, tendrá lugar el próximo viernes 8 de noviembre a las 19:30 hrs. en el Hotel Auditórium (Centro de Congresos Príncipe Felipe) de Madrid.
La verdad es que la figura de Wilson es controvertida. Que se trata de un icono del rock progresivo actual creo que es algo que está fuera de debate, su trabajo lo avala; pero cuando nos referimos a la calidad del mismo podemos encontrar voces discordantes provenientes de aficionados que se muestran bastante críticos con su obra, a la que tildan de sobrevalorada. Y cuando hablamos de su obra podríamos llevarnos días escribiendo, ya que aparte de su trabajo en solitario también ha participado en infinidad de proyectos, entre los que destacan Storm Corrosion junto a Mikael Âkerfeldt de Opeth; Blackfield haciendo dúo con el músico israelí Aviv Geffen; No-Man, banda fundada en 1987 con Tim Bowness o Porcupine Tree, uno de los grupos más influyentes de los últimos años que lo alzó a la cúspide del rock progresivo mundial y con la que ha cosechado sus mejores éxitos de crítica y público.
Y es que el trabajo de Wilson, incansable e inquieto a partes iguales, vas más allá que el de simple músico, puesto que también ha trabajado como productor e ingeniero de sonido de los grandes grupos de los 70 en sus remasterizaciones y nuevos lanzamientos. Es el caso de ilustres como es Jethro Tull, Emerson, Lake & Palmer, Hawkind e incluso King Crimson. Al parecer la relación entre Steven Wilson y Robert Fripp es fluida, no podemos olvidar que Fripp partició en la grabación del tema Way out of Here de disco Fear of a Blank Planet de Procupine Tree que, dicho sea de paso, fue elegido como disco del año por los redactores de la revista Classic Rock.
Es precisamente este trabajo tan continuo, y quiero dejar claro que esto es una percepción individual mía, lo que en ocasiones lastra la calidad de sus obras. A veces en la vida de un artista es bueno parar, sentarse y reflexionar sobre qué se puede publicar y que no. En ocasiones me da la impresión de Wilson graba y lanza al mercado todo aquello que se le pasa por la cabeza y mi opinión es que debería ser más selectivo en este sentido, porque de este modo su trabajo se deprecia; en este aspecto me recuerda un poco a Frank Zappa.
Parece ser que el bueno de Steven también percibe esta tendencia a no descartar nada como un problema, lo que le ha llevado a replantearse la continuidad de alguno de sus proyectos, como es el caso del que más fama le ha dado: Porcupine Tree, quizás, junto con Dream Theater, las dos bandas más sobresalientes de las dos última décadas. Según comentarios del propio Wilson, su idea es centrarse más en su carrera en solitario, por lo que tiene que dejar proyectos aparcados y, al parecer, el gran damnificado va a ser Porcupine Tree, mal que nos pese a sus seguidores.
A pesar de todo, si Porcupine Tree va a sufrir un paro indefinido en favor de su labor en solitario, y ésta va encauzada de la misma manera que su último disco The Raven that Refused to Sing (and other stories) (2013), el tercer álbum de su carrera en solitario, bienvenida sea la decisión. Porque la verdad es que se trata de un disco redondo, una maravilla progresiva que sólo necesita años para convertirse en un clásico de todos los tiempos.
Desde de mi punto de vista no se puede decir lo mismo de sus dos trabajos anteriores Insurgentes (2008) y Grace for Drowning (2011), que haciendo honor a la verdad no me parecen malos discos, sin ir más lejos el segundo ya lo cito en el artículo de este blog Recomendaciones musicales 2011 como un buen álbum a tener en cuenta, pero la realidad es que llegan a ser largos en exceso, lo que los convierte en soporíferos por momentos, dando la impresión de no ser un trabajo compacto que se va dispersando a medida que suenan los temas.
Pero con The Raven that Refused to Sing (and other stories) la cosa ha cambiado en algunos aspectos. Uno de ellos es que viene a España a presentarlo en directo, lo cual no había ocurrido en las giras de promoción ni Insurgentes de ni de Grace for Drowning, por lo que el próximo viernes tendremos el honor de ver a Steven Wilson en solitario y en directo por primera vez en nuestro país. Hago hincapié en lo de en solitario porque lo cierto es que con Porcupine Tree si nos ha visitado.
Otro aspecto a tener en cuenta de este disco de Wilson es que está muy bien medido, no falta ni sobra nada, y pone muy de manifiesto su madurez compositiva. Para ello estuvo escribiendo entre enero y julio de 2012 y, para grabarlo, marchó en septiembre del mimo año a Los Ángeles, concretamente a los estudios EastWest de Hollywood donde tuvo como ingeniero de sonido nada más y nada menos que al mítico Alan Parsons, quien también colaborara con Pink Floyd en su época de más éxito. Si a esto unimos, por una parte, que contó con músicos de gran prestigio como son Guthrie Govan (guitarra), Adam Holzman (teclados, piano), Theo Travis (saxo, flauta), Nick Beggs (bajo) y Marco Minnemann (batería); y por otra parte que, para impreganar el disco de espontaneidad, Wilson tuvo la idea de grabar todos los temas "en directo" en el estudio, en lugar de en pistas por instrumentos, el resultado es ese sonido con aire setentero que respira improvisación y calidad a partes iguales.
No podemos obviar que The Raven that Refused to Sing (and other stories) tiene mérito exclusivamente en lo musical ya que, aunque no se trata de una obra conceptual, como sí podría interpretarse el The Incident (2009) de Porcupine Tree, si es un disco en el que las temáticas no desentonan entre unos temas y otros. Podríamos entenderlo como una colección de 6 de relatos en los que sí es cierto que existe un halo de tristeza y dolor que se ve acompañado por apariciones de espíritus que interactúan con los vivos o por muertes ya sean accidentales o por asesinatos. En definitiva, una temática lúgubre y oscura que evoca en el oyente una sensación de consternación.
La verdad es que la figura de Wilson es controvertida. Que se trata de un icono del rock progresivo actual creo que es algo que está fuera de debate, su trabajo lo avala; pero cuando nos referimos a la calidad del mismo podemos encontrar voces discordantes provenientes de aficionados que se muestran bastante críticos con su obra, a la que tildan de sobrevalorada. Y cuando hablamos de su obra podríamos llevarnos días escribiendo, ya que aparte de su trabajo en solitario también ha participado en infinidad de proyectos, entre los que destacan Storm Corrosion junto a Mikael Âkerfeldt de Opeth; Blackfield haciendo dúo con el músico israelí Aviv Geffen; No-Man, banda fundada en 1987 con Tim Bowness o Porcupine Tree, uno de los grupos más influyentes de los últimos años que lo alzó a la cúspide del rock progresivo mundial y con la que ha cosechado sus mejores éxitos de crítica y público.
Y es que el trabajo de Wilson, incansable e inquieto a partes iguales, vas más allá que el de simple músico, puesto que también ha trabajado como productor e ingeniero de sonido de los grandes grupos de los 70 en sus remasterizaciones y nuevos lanzamientos. Es el caso de ilustres como es Jethro Tull, Emerson, Lake & Palmer, Hawkind e incluso King Crimson. Al parecer la relación entre Steven Wilson y Robert Fripp es fluida, no podemos olvidar que Fripp partició en la grabación del tema Way out of Here de disco Fear of a Blank Planet de Procupine Tree que, dicho sea de paso, fue elegido como disco del año por los redactores de la revista Classic Rock.
Cartel promocional del concierto |
Es precisamente este trabajo tan continuo, y quiero dejar claro que esto es una percepción individual mía, lo que en ocasiones lastra la calidad de sus obras. A veces en la vida de un artista es bueno parar, sentarse y reflexionar sobre qué se puede publicar y que no. En ocasiones me da la impresión de Wilson graba y lanza al mercado todo aquello que se le pasa por la cabeza y mi opinión es que debería ser más selectivo en este sentido, porque de este modo su trabajo se deprecia; en este aspecto me recuerda un poco a Frank Zappa.
Parece ser que el bueno de Steven también percibe esta tendencia a no descartar nada como un problema, lo que le ha llevado a replantearse la continuidad de alguno de sus proyectos, como es el caso del que más fama le ha dado: Porcupine Tree, quizás, junto con Dream Theater, las dos bandas más sobresalientes de las dos última décadas. Según comentarios del propio Wilson, su idea es centrarse más en su carrera en solitario, por lo que tiene que dejar proyectos aparcados y, al parecer, el gran damnificado va a ser Porcupine Tree, mal que nos pese a sus seguidores.
A pesar de todo, si Porcupine Tree va a sufrir un paro indefinido en favor de su labor en solitario, y ésta va encauzada de la misma manera que su último disco The Raven that Refused to Sing (and other stories) (2013), el tercer álbum de su carrera en solitario, bienvenida sea la decisión. Porque la verdad es que se trata de un disco redondo, una maravilla progresiva que sólo necesita años para convertirse en un clásico de todos los tiempos.
Steven Wilson en una actuación en directo en el Festival de Loreley en 2013 |
Desde de mi punto de vista no se puede decir lo mismo de sus dos trabajos anteriores Insurgentes (2008) y Grace for Drowning (2011), que haciendo honor a la verdad no me parecen malos discos, sin ir más lejos el segundo ya lo cito en el artículo de este blog Recomendaciones musicales 2011 como un buen álbum a tener en cuenta, pero la realidad es que llegan a ser largos en exceso, lo que los convierte en soporíferos por momentos, dando la impresión de no ser un trabajo compacto que se va dispersando a medida que suenan los temas.
Pero con The Raven that Refused to Sing (and other stories) la cosa ha cambiado en algunos aspectos. Uno de ellos es que viene a España a presentarlo en directo, lo cual no había ocurrido en las giras de promoción ni Insurgentes de ni de Grace for Drowning, por lo que el próximo viernes tendremos el honor de ver a Steven Wilson en solitario y en directo por primera vez en nuestro país. Hago hincapié en lo de en solitario porque lo cierto es que con Porcupine Tree si nos ha visitado.
Otro aspecto a tener en cuenta de este disco de Wilson es que está muy bien medido, no falta ni sobra nada, y pone muy de manifiesto su madurez compositiva. Para ello estuvo escribiendo entre enero y julio de 2012 y, para grabarlo, marchó en septiembre del mimo año a Los Ángeles, concretamente a los estudios EastWest de Hollywood donde tuvo como ingeniero de sonido nada más y nada menos que al mítico Alan Parsons, quien también colaborara con Pink Floyd en su época de más éxito. Si a esto unimos, por una parte, que contó con músicos de gran prestigio como son Guthrie Govan (guitarra), Adam Holzman (teclados, piano), Theo Travis (saxo, flauta), Nick Beggs (bajo) y Marco Minnemann (batería); y por otra parte que, para impreganar el disco de espontaneidad, Wilson tuvo la idea de grabar todos los temas "en directo" en el estudio, en lugar de en pistas por instrumentos, el resultado es ese sonido con aire setentero que respira improvisación y calidad a partes iguales.
Steven Wilson hace tan solo unos días en un concierto en el Royal Albert Hall de Londres |
No podemos obviar que The Raven that Refused to Sing (and other stories) tiene mérito exclusivamente en lo musical ya que, aunque no se trata de una obra conceptual, como sí podría interpretarse el The Incident (2009) de Porcupine Tree, si es un disco en el que las temáticas no desentonan entre unos temas y otros. Podríamos entenderlo como una colección de 6 de relatos en los que sí es cierto que existe un halo de tristeza y dolor que se ve acompañado por apariciones de espíritus que interactúan con los vivos o por muertes ya sean accidentales o por asesinatos. En definitiva, una temática lúgubre y oscura que evoca en el oyente una sensación de consternación.
Claros ejemplos de esto que comentamos son los vídeos de distintos temas del álbum que se ha ido lanzado desde que se publicara el disco a principios de año y hasta hoy.
Empezamos presentado una versión en directo de The Watchmaker, grabada el 23 de marzo de este año en Neu-Isenberg (Alemania), bajo la dirección de Bernhard Baran. En esta canción se nos habla de un relojero (watchmaker en inglés) que recibe la visita del espiritu de su esposa, Eliza, con la que estuvo casado durante 50 años en un matrimonio mal avenido que acaba con el asesinato de ésta por parte de él. En cuanto a lo musical, y en palabras del propio Steven Wilson, se inspiró mucho en las guitarras acústicas de los primeros discos de Genesis para componer este tema.
El siguiente vídeo que vamos a compartir es el de Drive Home, un videoclip animado dirigido por Jess Cope. Se trata de un tema con un estilo que me recuerda mucho al de las canciones más melódicas de Porcupine Tree en el que se nos habla del tormento que sufre un hombre que perdió a su mujer en un accidente de tráfico mientras conducía. Aún pasados los años es incapaz de liberarse de los sentimientos de duelo y culpabilidad que lo castigan a una dolorosa soledad. Se trata de una canción que desprende a la vez tristeza lírica y belleza musical.
Por último, finalizaremos precisamente con el primero de todos los videoclips que se han lanzado de The Raven that Refused to Sing (and other stories), el del tema homónimo, que al igual que Drive Home se trata de un relato animado obra de Jess Cope. El cuervo que se negó a cantar, traducción al castellano del nombre de la canción cobra sentido en la historia que podemos ver en el clip. En ella, un hombre ya anciano captura un cuervo pensando que se trata del espíritu de su hermana, a la que perdió cuando aún eran niños, trauma que le causa bastante dolor y que no ha conseguido superar a lo largo de su vida. Atrapado el cuervo y enjaulado, este hombre solitario obliga al animal a cantar, sin éxito, como instrumento para comunicarse con su hermana muerta; resignado con la realidad de su error decide liberarlo.
Visto y oído esto no podrán negarme que la tarde promete.
Ver nuestra crónica del concierto.
http://stevenwilsonhq.com/sw/
http://es.wikipedia.org/wiki/Steven_Wilson
http://www.portalesquizofrenia.com/steven-wilson-the-raven-that-refused-to-sing-and-other-stories-2013/2013/02/
http://introspeccionsonora.wordpress.com/2013/02/15/steven-wilson-the-raven-that-refused-to-sing-and-other-stories-2013/
http://www.portalesquizofrenia.com/entrevista-a-steven-wilson-queria-que-el-disco-sonara-como-si-hubiera-sido-grabado-en-los-70/2013/02/
Muy buen articulo pachi.
ResponderEliminarCon quien vas al concierto , va el Boli quizas ? aqui no ha dicho nada desde luego.
Despues de oir los tres videos que pones en el articulo que sigo quedando igual
que siempre con Wilson , me quedo como ahiiiiii .... como que es un buen musico
pero no llega a conseguir emocionarme por completo.
Por otra parte que el ultimo disco de Wilson dentro de unos años pase a ser un
clasico de todos los tiempos me parece un poco exagerado . Esa es mi opinion.
Le tendre que dar otra oportunidad a Porcupine Three , los cuales quizas sea
lo que mas me gusto de este hombre , lo que pasa que al mismo tiempo que
los conoci a Riberside y me gustaron mas , yo creo que me los eclipsaron.
Si puede recordar a Zappa tambien puede recordar a Eric clapton. Clapton hizo
unos discos maravillosos , hasta que las discograficas se pusieron pesadisimas
con el para cazarlo en solitario. A partir de ahi Clapton ha sacado un monton de
discos aburridisimos e insulsos. Que si que todos tienen una cancion buena ,
pero eso ... Ademas clapton llego un momento en que tenia que hacer versiones
como el famoso Cocain o After midnaingt que son de John Cale, o hasta a Marley
copio. Pero eso si , la dimension de Clapton es enorme , igual que la de Camaron
de la isla, que no se como pero lo son. Esto como todo en esta vida tiene una
explicacion ... por muy rara que sea la forma de una pieza de puzle , si encaja
con otra es porque habia hueco para ella por los motivos que sean. Camaron
"le gusta" a un monton de gente que no le gusta el flamenco , lo Rolling eston
igual , Clapton igual , hay muchisima gente que lo oye pero luego no oyen musica
de los setenta .Es como que se salen de su ambito y van creciendo mas alla de
sus verdaderas dimensiones.
Este hace mas o menos lo mismo pero mas finamente , tiene que tirar de cliches.
Es un buen musico y mejor escuchar a Wilson que a muchisimas otras cosas , pero
a mi personalmente no termina de emocionarme.
Bueno quien sabe si esto es bueno o ha sido bueno para el resurgir del progresivo,
o no , quien sabe.
Otra cosa en la que puede recordar a Clapton es en que se ha ido haciendo tan
famoso que quiere probar solo , y eso puede ser su muerte musical. Un grupo
es algo dificilisimo , es como un perfume . Rage Against the Machine , para
mi es uno de los mejores grupos de todos los tiempos , pero si los separas
no sirven , no son malos pero no como lo otro . Y otra cosa de la que he estado
convencido siempre es que si Jim Morrison no hubiera conocido a Manzareck
Krieger y a Desmore , lo mas seguro es que jamas hubiaramos oido hablar
de el.
Hola Miguel, gracias por tu comentario. Pues voy al concierto con Carlos, el que escribe el siguiente comentario a este, un compañero de trabajo exiliado en Madrid. Lo que comentas sobre Wilson es básicamente lo que ya hemos hablado en otras ocasiones, se trata de un buen músico, que se rodean para sus grabaciones de músicos de mucha calidad, lo que da un resultado técnicamente impecable pero, posiblemente carente de chispa, carisma, emoción o como lo queramos denominar. A mí The Raven that Refused to Sing (and other stories) me ha gustado mucho y espero que su directo esté a la altura.
EliminarTras haber escuchado el disco varias veces puedo afirmar sin duda que es el mejor de sus discos en solitario, cosa no muy difícil porque como dices sus dos anteriores trabajos eran un tanto dispersos e inconstantes, pero aún lejos del magnetismo que tienen sus 4 grandes discos con PT (The Sky..., In Absentia, Deadwing y FOBP).
ResponderEliminarNo se puede negar el talento de este hombre con cara de empollón demostrado no sólo con su bagaje musical sino con sus colaboraciones con bandas como Opeth o Anathema, y creo que con este disco su carrera en solitario puede empezar a dejar de estar a la sombra de su grupo y que parezca por fin, para tristeza de algunos, que su decisión de aparcar PT fue acertada (que no correcta).
Además tengo muchas ganas de ver su directo, aunque después del éxtasis sonoro y sensorial que fue el concierto de Anathema hace como un año dudo mucho que pueda volver a sentir algo similar en un concierto (no sé si influyó mucho la ingesta masiva de alcohol).
Gracias por tu comentario Carlos. Está claro que lo de Anathema fue increíble pero te aseguro que te quedan muchos mejores conciertos de tu vida por disfrutar. Vi a Focus y Mezquita en directo y pensé que ya nada podría igualar aquello; luego vi a Premiata Forneria Marconi y pensé lo mismo; cuando vi a Transatlantic salí convencido que no vería nada similar en mi vida; curiosamente, lo mismo se me pasó por la cabeza cuando se despidió Anathema. Así que ojalá continúe la racha y el viernes salga del Auditorium (ingesta masiva de alcohol incluida) pensando que no veré nada mejor en lo que me resta de vida...
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