Hoy vamos a hacer una pequeña parada en una de las bandas más sobresalientes en el panorama progresivo de la última década: Porcupine Tree. Para mi gusto es el proyecto de más éxito y más firme de todos en los que ha trabajado su líder y fundador, Steven Wilson. El mérito de Porcupine Tree es reconocido y casi unánime, no en vano, su calidad musical permitió revitalizar en los 90 un género que dormitaba camino de su extinción, pero su trabajo unido al de grupos como Dream Theater, Änglagård, Opeth, The Flower Kings, Ozric Tentacles o Sigur Rós entre otros, permitió arrojar luz en la oscuridad y revitalizar este género tan amplio y atractivo hasta afianzarlo en la actualidad.
Porcupine Tree se formó en Inglaterra de la mano de Steven Wilson, un joven músico autodidacta natural de Londres y Malcolm Stocks, que pronto saldría del barco. En un principio la música del grupo fue muy influenciada por grupos del estilo de Pink Floyd, gran inspirador de Wilson, pero con el tiempo su música iría evolucionando hacia un estilo más propio y particular donde tendrían cabidas pasajes más cercanos al metal y donde la influencia de Pink Floyd se disiparía en parte para dar más protagonismo a estructuras quizás más cercanas a la música de King Crimson. Es precisamente esta metamorfosis la que nos ha animado a realizar este pequeño artículo en el que haremos un pequeño recorrido por 5 temas de la discografía de esta banda inglesa.
Desde mi punto de vista los comienzos de Porcupine Tree no fueros afortunados. En el germen del grupo, como es de intuir por las influencias que hemos detallado, Wilson apostó por una música rock con bastantes tintes psicodélicos. Así nace la ópera prima On the Sunday of Life... (Delerium Records, 1991) un disco que contenía lo mejor de unos casettes que habían grabado tiempo atrás y de los que se realizó una compilación. A mi parecer flojo e inmaduro a pesar de contar con uno de los mejores temas de su discografía Radioactive Toy, que incluso suena en las giras en solitario de Wilson. Es ya mejor trabajo el siguiente Up the Downstair (Delerium Records, 1993), aunque con carencias, ya se nota la mejoría, seguramente aportada por la incorporación de los componentes que con el paso de los años serán el núcleo duro de la banda: Colin Edwin (bajo), Richard Barbieri (teclados y sintetizadores) y Gavin Harrison (batería).
Probablemente el primer gran trabajo llegaría con el genial The Sky Moves Sideways (Delerium Records, 1995), el mejor disco de corte psicodélico-espacial que he oído de la década de los 90. Este disco siempre me pareció un homenaje perfecto al legado de Pink Floyd, con sus melodías ambientales, a veces rotas por cambios hacia ritmos más frenéticos, pero siempre evolucionando y de forma pausada. Me recuerda mucho al Wish You Where Here, comenzando y acabando con dos partes distintas de un mismo tema The Sky Moves Sideways (Phase One y Phase Two) al igual que hicieran los genios de los 70 con su Shine on you Crazy Diamond. Disfruten de la segunda fase.
Porcupine Tree se formó en Inglaterra de la mano de Steven Wilson, un joven músico autodidacta natural de Londres y Malcolm Stocks, que pronto saldría del barco. En un principio la música del grupo fue muy influenciada por grupos del estilo de Pink Floyd, gran inspirador de Wilson, pero con el tiempo su música iría evolucionando hacia un estilo más propio y particular donde tendrían cabidas pasajes más cercanos al metal y donde la influencia de Pink Floyd se disiparía en parte para dar más protagonismo a estructuras quizás más cercanas a la música de King Crimson. Es precisamente esta metamorfosis la que nos ha animado a realizar este pequeño artículo en el que haremos un pequeño recorrido por 5 temas de la discografía de esta banda inglesa.
Porcupine Tree en una imagen promocional del que hasta ahora es su último disco. The Incident |
Desde mi punto de vista los comienzos de Porcupine Tree no fueros afortunados. En el germen del grupo, como es de intuir por las influencias que hemos detallado, Wilson apostó por una música rock con bastantes tintes psicodélicos. Así nace la ópera prima On the Sunday of Life... (Delerium Records, 1991) un disco que contenía lo mejor de unos casettes que habían grabado tiempo atrás y de los que se realizó una compilación. A mi parecer flojo e inmaduro a pesar de contar con uno de los mejores temas de su discografía Radioactive Toy, que incluso suena en las giras en solitario de Wilson. Es ya mejor trabajo el siguiente Up the Downstair (Delerium Records, 1993), aunque con carencias, ya se nota la mejoría, seguramente aportada por la incorporación de los componentes que con el paso de los años serán el núcleo duro de la banda: Colin Edwin (bajo), Richard Barbieri (teclados y sintetizadores) y Gavin Harrison (batería).
Probablemente el primer gran trabajo llegaría con el genial The Sky Moves Sideways (Delerium Records, 1995), el mejor disco de corte psicodélico-espacial que he oído de la década de los 90. Este disco siempre me pareció un homenaje perfecto al legado de Pink Floyd, con sus melodías ambientales, a veces rotas por cambios hacia ritmos más frenéticos, pero siempre evolucionando y de forma pausada. Me recuerda mucho al Wish You Where Here, comenzando y acabando con dos partes distintas de un mismo tema The Sky Moves Sideways (Phase One y Phase Two) al igual que hicieran los genios de los 70 con su Shine on you Crazy Diamond. Disfruten de la segunda fase.
Tras la tempestad llegaría la calma y comenzaría una evolución que no se sabía demasiado bien donde acabaría. Aun con mayor peso de lo psicodélico llegaría un años después Signify (Delerium Records, 1996) y un directo imprescindible y fundamental dentro la discografía de Porcupine Tree como es Coma Divine (Delerium Records, 1997) donde se recoge lo mejor de la etapa psicodélica de una banda, que ya comenzaba a dar muestras de cambio. Para aquel que se decida a ir más allá de la lectura de este post, que comience por este disco.
Después de Stupid Dream (Snapper Music, 1999), LP que he escuchado un par de veces y que nunca me enganchó; y Lightbulb Sun (Snapper Music) bastante bueno y del que destacamos Russia On Ice y Shesmovedon como temas predilectos; llegaría el punto de inflexión en el estilo musical así como sus años de mayor reconocimiento y difusión. El éxito se consumó de la mano de In Absentia (Lava Records, 2002) gracias a la mezcla de temas melódicos, incluso cercanos al pop aunque con un punto más complejo y delicado, con otros temas más enrevesados donde la influencia crimsoniana comienza a hacerse patente dejando de un lado la psicodelia propia de Pink Floyd. Rescatamos de este trabajo un tema que al igual que Radiactive Toy, también ha sido usado por Wilson en sus conciertos en solitario: Trains. De hecho, en la gira de The Raven That Refused To Sing abrío algunos de sus espectáculos con él en su versión acústica. El vídeo siguiente está extraído del DVD en directo titulado Arriving Somewhere...
Hubo que esperar 3 años hasta la llegada del siguiente trabajo de los de Wilson con un estilo muy similar al de In Absentia, Deadwing (Lava Records, 2005), para mí el mejor de la banda, donde se vuelven a recuperar temas largos de más de 9 minutos como es el caso de Arriving Somewhere But Not Here o el homónimo Deadwing, algo que temporalmente se perdió en el LP anterior. Se trata de uno de esos discos redondos en el que disfrutas de todas y cada una de las canciones, ninguna te permite un respiro, en todas aparecen matices y detalles de calidad que disfrutar.
En Deadwing se nos habla de una historia de fantasmas basada en un guión escrito por Steven Wilson y Mike Bennion, siendo este un tema recurrente en la discografía de Wilson. Comienza de este modo una trilogía de discos de carácter conceptual con una fuerte carga simbólica. Además, Deadwing ofrece colaboraciones de alto nivel como es el caso de Adrian Belew (guitarra, King Crimson) en Halo y Deadwing; y de Mikael Åkerfeldt (Opeth), que realiza coros en Deadwing, Lazarus y Arriving Somewhere But Not Here, y con el que Steven Wilson creará el proyecto Storm Corrosion, publicando un disco homónimo en 2012. De este LP restacatamos mi tema preferido: The Start Of Something Beautiful.
El siguiente trabajo, Fear of a Blank Planet (Roadrunner Records, Atlantic Records, 2007), fue quizás el primero de la banda recibido con gran espectativa y en olor de multitudes, ya en 2007 Porcupine Tree era un referente en el rock progresivo mundial y así lo reflejaba la expectación que generaba. El nombre lo toma en alusión al Fear of a Black Planet de Public Enemy y vuelve a contar con colaboradores de altísimo nivel como Alex Lifeson (Rush), Robert Fripp (King Crimson) y el afamado guitarrista John Wesley.
Estamos ante un álbum conceptual basado en la novela Lunar Park de Bret Easton Ellis, pero con una salvedad, mientras la novela está contada desde la perspectiva de un padre, el disco relata la historia desde la perspectiva del hijo, Robby de once años de edad con serios trastornos psicológicos como el trastorno bipolar y el trastorno de déficit de atención. En lo conceptual y en la forma me parece la obra muy bien finalizada, cuyos temas tienen una conexión unos con otros tanto en lo musical como en lo lírico, algo de lo que, por ejemplo, Deadwing carece, pues se muestra más como una amalgamaba de temas que como un todo, algo que en Fear of a Blank Planet se depura hasta dar un resultado excelente. De esta obra maestra seleccionamos Anesthetize, el tema más extenso.
Parece que fue ayer, pero han pasado casi 6 años desde que vio la luz el que hasta hoy es el último disco de esta banda: The Incident (Roadrunner Records, 2009), otro disco conceptual donde Steven Wilson desarrolla una idea que le surgió mientras se encontraba en un atasco provocado por un accidente de tráfico. En palabras del propio Wilson:
Había un cartel que decía 'POLICÍA - INCIDENTE' y todo el mundo estaba reduciendo para ver qué había pasado... Después, se me ocurrió que "incidente" es una palabra muy desinteresada para algo tan destructivo y traumático para las personas involucradas. Y después tuve la sensación de que el espíritu de alguien que había muerto en el accidente entró en mi coche y estaba sentado a mi lado.Nuevamente aparecen la muerte y los fantasmas en la obra de Wilson, en una constante en la que parece sentirse cómodo. A partir de aquí, comenzó a recopilar noticias sórdidas de todo tipo de los medios de comunicación para componer The Incident que, para mí, es mí uno de los discos más flojos en cuanto a lo musical de toda la discografía de Porcupine Tree. Siempre me pareció demasiado lento y experimental, un error en toda regla. No estoy diciendo que sea un mal disco, sólo que no está a la altura de lo que se le debe exigir a un grupo de la trayectoria y la progresión de este. Es pausado y melódico hasta la saciedad y es precisamente cuando se rompe esta tendencia con secciones más metaleras cuando se reaviva un poco y cobra interés. Un claro ejemplo de esto es el fragmento que rescatamos en una versión en directo compuesto por los temas The Séance y Circle of Manias.
A día de hoy Steven Wilson está más centrado en su carrera en solitario que en Porcupine Tree, de hecho se encuentra de gira de promoción de su último trabajo Hand. Cannot. Erase., gira que, por cierto, le traerá por España en septiembre; pero los rumores de que 2016 será el año del regreso ya resuenan por internet. De ser ciertos estos rumores, será una de las vueltas más esperadas de los últimos tiempos sin lugar a dudas.
Fuentes:
https://es.wikipedia.org/wiki/Porcupine_Tree
https://es.wikipedia.org/wiki/Steven_Wilson
https://en.wikipedia.org/wiki/Fear_of_a_Blank_Planet
https://en.wikipedia.org/wiki/The_Incident_(album)
No hay comentarios:
Publicar un comentario