Me gustan las pelis de cárceles, lo que en el argot se denomina drama carcelario, quizás junto al cine bélico y los films de mafia los que más interés me despiertan. No vi Prison Break, llegué tarde, cuando me di cuenta no había comenzado a verla y todo el mundo ya hablaba de ella, se había puesto tan de moda que perdí en interés en verla, lo mismo me ocurrió con Perdidos, que tanta saliva hizo gastar en los desayunos de trabajo durante sus incontables temporadas. No me ocurrió lo mismo con Orange is the new black, la serie que presentamos hoy, una serie no pensada para la gran masa porque no tiene las intrigas enrevesadas que te obligan a querer ver el siguiente capítulo nada más acabar el presente, ese síndrome de Estocolmo con el que nos martirizan algunas series a la vez que nos atrapan, y tampoco tiene tras de sí la maquinaria del marketing de otros proyectos de más éxito.
A pesar de que la historia en Orange is the new black tiene lugar en una prisión, las pinceladas más propias de la comedia que del drama la alejan de los grandes relatos dramáticos contados en esas películas tan mi agrado que anteriormente he comentado, como son el caso de las producciones americanas del tipo Brubaker, Cadena perpetua, La leyenda del indomable, La milla verde, El expreso de medianoche o Fuga de Alcatraz, sin olvidar títulos como la brasileña Carandiru, la irlandesa En el nombre del padre, la argentina Crónica de una fuga o la española Celda 211. Casi todas ellas compartiendo el nexo común de estar si no basadas, al menos sí inspiradas en hechos reales, algo que ocurre con Orange is the new black que se basa en el libro autobiográfico de Piper Kerman: Orange is the New Black: Crónica de mi año en una prisión federal de mujeres, en el que la autora describe sus vivencias durante el tiempo de reclusión que tuvo que cumplir en una prisión norteamericana.
Cartel promocional de Orange is the new Black |
El personaje de Piper Kerman es interpretado en la serie por la actriz Taylor Schilling bajo el nombre de Piper Chapman, una joven y atractiva mujer de clase acomodada que decide cumplir condena para evitar ser juzgada por colaborar en el tráfico de drogas con una antigua novia, delito que cometió varios años atrás. Entre su pasado delictivo y su presente en el que le llega la hora de entrar en prisión, Chapman rehace su vida e incluso vuelve a tener una relación sentimental estable, esta vez con un hombre, su prometido Larry Bloom, interpretado por Jason Biggs al que recordarán de comedias como American Pie, Un perdedor con suerte o Todo lo demás.
Como pueden suponer, Piper Chapman, preciosa y delicada pijilla de la ciudad de Connecticut no lo tendrá fácil para adaptarse a las reglas de un centro penitenciario ocupado por mujeres de la calle, y por reglas no me refiero a las normativas federales o estatales estadounidenses, que también, más bien a los códigos no escritos entre reclusas. Aún así su adaptación va siguiendo una evolución a lo largo de los episodios hasta dejar atrás a la chica miedosa y timorata que entró en la prisión de Litchfield (Nueva York) para convertirse en una mujer segura, decidida y con carisma.
Uno de los puntos fuertes de la serie es sin duda el impresionante elenco de personajes secundarios a cual más pintoresco. A pesar de que Orange is the new black tiene en Piper Chapman a su personaje principal, éste no copa un porcentaje excesivamente alto de la historia. En casa episodio, y a modo de flashback, la historia se detiene en alguna de mujeres de la cárcel para contarnos su historia, el cómo eran, como vivían y por qué llegaron allí, una mirada al pasado desde el presente.
Así que no sólo tienen importancia las relaciones entre Chapman y las demás internas o trabajadores del centro, también se nos cuentan los trapicheos entre encarceladas, los entresijos de la dirección de la cárcel, o las relaciones entre las reclusas y los hombres encargados de la seguridad. Y cuando hablamos de relaciones entre hombres y mujeres es inevitable hablar de sexualidad, y el sexo no sólo aparece en los escarceos amorosos entre funcionarios e internas, también entre las propias internas, y es que la homosexualidad es un tema que no pasa inadvertido en Orange is the new black, sin ir más lejos, como ya hemos comentado la propia protagonista parece ser una "lesbiana reconvertida" a la heterosexualidad.
Piper Chapman interpretada por Taylor Schilling |
Son muchos los temas de interés que se ponen de manifiesto más allá de la sexualidad, como la corrupción entre funcionarios, la venta de drogas entre internas o la segregación racial entre rejas, pues se nos muestra a algunos de grupos de mujeres divididos por su condición étnica, como pueden ser el caso de las negras o las latinas que, sin formar parte de bandas violentas, tienen su propia idiosincrasia dentro prisión. Y es que la violencia física en esta serie apenas se deja ver, aunque tiene lugar en contadas ocasiones pero no con la crudeza que se le podría presuponer, Orange is the new black tiene su fuerte más bien en las situaciones melodramáticas y por qué no decirlo, en las cómicas, con un humor negro bastante fino y acertado.
Constantemente ofrece más de lo esperado, e incluso cuando ofrece algo predecible o sacado directamente del manual del drama sobre prisiones de mujeres, da con algo nuevo o inesperado
Una hábil mezcla de comedia y drama en la que la prisión parece un lugar real, y las mujeres son personas reales, en lugar de una excusa encubierta para mostrar ensayadas peleas entre mujeres, fantasías lésbicas y agresiones sexuales (...)
Está repleta de toda la gama de emociones humanas e historias, que cobran vida de una manera muy auténtica en un mundo en el que un chicle puede dar lugar a un romance o una amenaza de muerte
Orange is the new Black es una creación de Jenji Kohan, producida por Lionsgate Television emitiéndose el primer episodio de la primera temporada en Netflix el 11 de julio de 2013. Días antes el 27 de junio de 2013, Netflix renovó para una segunda temporada, que ha sido estrenada el pasado 6 de junio. En España, como no, la encargada de su difusión ha sido Canal + a través de Canal + Series. Pero la serie aún está en marcha y ya se ha anunciado una tercera temporada para el año próximo, por lo que los aficionados podemos estar de enhorabuena.
En resumen, Orange is the new Black es una serie altamente recomendable por sus historias, sus personajes y por las altas dosis de entretenimiento que aporta.
Fotograma de la segunda temporada |
Fuentes:
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