Se acabó el sueño mundialista, hemos sido la primera selección en dejar de tener opciones matemáticas para pasar el corte de la fase de grupos en este mundial de Brasil 2014. En otras palabras, que nos volvemos para casa a las primeras de cambio, lo cual hace que sea de una forma bastante dolorosa. Poco o nada queda ya de aquella España campeona que hace 4 años logró el máximo título al que puede aspirar un futbolista, y eso que el bloque de jugadores es el mismo, prácticamente intacto me atrevería a decir, pues los cambios han sido pocos a pesar de lo que se podría presuponer por la distancia temporal entre citas mundialistas.
Al menos hoy nos hemos despedido salvando la honra goleando a una débil Australia que se había mostrado correosa en los dos encuentros que había disputado anteriormente, donde puso en aprietos a Chile y Holanda. A pesar de todo, este 3 - 0 no sirve para maquillar los dos fiascos anteriores en los partidos frente a centroeuropeos y sudamericanos, quienes se mostraron superiores a nuestro combinado en ambos casos. Nos despedimos de Brasil por méritos propios, hemos sido superados por dos equipos que nos ganaron en juego e intensidad, desde que tengo uso de razón, que viene a ser el mismo tiempo que llevo viendo fútbol, las dos bazas más importantes para conseguir la victoria en este deporte.